lunes, 26 de diciembre de 2011

Reiniciando...

Estamos en la recta final de este año 2011, eso quiere decir que ya pasamos la navidad, la fiesta religiosa por excelencia debido a la celebración por la llegada del niño, porque eso nos dijeron alguna vez en catequesis y también nuestros padres, así que un feliz cumpleaños para él.
Es por estos días la fecha en que preferimos armar un árbol que además de no ser autóctono por estos lugares (que sería lo de menos) es de plástico y cada tanto vamos necesariamente a cambiarlo por uno nuevo, claro, con sus respectivas bombitas y adornos de colores que le dan ese toque artístico personal que nos enorgullece en cada familia o espacio de trabajo, envuelto en luces que seguramente se vieron reemplazadas por unas nuevas que además ahora musicalizan decorando colorida e intermitentemente a velocidades rítmicas los ambientes, por suerte algunos orientales sobre todo chinos, taiwaneses y japoneses tienen la delicadeza de fabricar y vendernos cosas con un gusto bien parecido al nuestro.
Es para destacar una cena con comidas y postres sobrecargados en calorías para cualquier ser humano a tres días de haber comenzado la estación de temperaturas más elevadas en nuestro hemisferio. Creo que lo justifica el señor de barba que anda en la nieve y es más bien rellenito, que por cierto es muy bien promovido en todos los medios por algún sobresaliente agente de marketing, que logra hacerlo perdurar cada año con mayor éxito.
Cabe replantearse nuestra actitud o la de miles como yo que frente a esos días previos, recurrimos a hacer las compras encontrándonos con comercios colmados de gente, porque otra vez dejamos eso para último momento, pensando estratégicamente que todo ha aumentado respecto del año pasado y este año no vamos a gastar ni despilfarrar tanto como en el anterior. Claro, como debe ser terminamos comprando regalos y comidas en el lugar que nos resulta más cómodo porque todos estaban llenísimos y encima seguro que cuando vamos a preguntar por eso que vimos a buen precio hace unas semanas, la vendedora nos comenta:
-          Hoy vendimos el último, nos queda este que es un poco más caro.
Entonces en pleno estado de pánico y agotados de tanto caminar en búsqueda de algo apropiado a nuestro presupuesto agarramos rápidamente ese artículo antes de que también ese se acabe.
Y llegó la noche buena, después de una tarde maratónica degustando diferentes picadas, platos, bebidas y postres, se hicieron las doce, las pocas mascotas que se quedaron dando vueltas temerosas por algunos rincones huyen despavoridas, descorchamos botellas, cortamos más porciones de calorías, entonces brindamos. Llega la hora de los saludos navideños, besos y abrazos, en primer lugar con la familia, a partir de ahí a cualquier individuo o ser que en el mejor de los casos intercambiamos alguna conversación en los últimos doce meses, todo atento a que la gente saca a relucir su espíritu navideño que siempre está impecable y lo se hace extensivo por todo el día 25 también, para después cajonearlo hasta la próxima navidad.
Hoy ya es 26, de ahora en más hasta el mismo día 1 de enero de 2012 todo gira en torno al fin de año, nada más importa. Es un momento apropiado para el balance, creo que para eso sirve en realidad, para cargar todo eso tan pesado en el “debe” y después de todo lo bueno lo que mejor recordamos en el “haber”, en ese momento evitemos ser egoístas y miremos más allá de la puerta, en estos pocos días que restan proyectemos para el próximo año, ya queda poco.
Despidamos felices este 2011, en horas tenemos que estar preparados para iniciar un nuevo año y lo apropiado sería hacerlo de la mejor manera, ya que en él podemos concretar proyectos y objetivos que seguramente nos ayudaran a todos a estar mejor, cuando suene esa campanita aún en el imaginario o brindemos con alguien o pensemos que ese nuevo año comienza, todo este 2011 quedará atrás y tenemos el privilegio de que nos podemos dar una nueva posibilidad, más que importante, soñar, llenarnos de expectativas y deseos que es la forma de reiniciar, renovando y actualizando todas nuestras esperanzas. 

2 comentarios:

Café (con tostadas) dijo...

bueno, no te cumplo mucho con todas esas reglas.

En casa no hay arbolito. Como no hay criaturas, hemos resuelto dejar de lado los regalos y la comida fue y será un toquecito más adecuada.

No se me da por los balances, tampoco.

Pero sí me sumo a la parte de reconocer las cosas buenas y de proyectar la mayor cantidad de sueños posibles para el año que viene.

Al fin y al cabo, alguna fecha para dedicarnos casi exclusivamente eso tiene que haber y ¿por qué no ahora?

Salú!

Anónimo dijo...

jajaja hace tiempo no andaba por aca. Claro que viene bien renovar las esperanzas, aun cuando el calendario sea algo simbólico, es necesario hacerlo.
Salute! Felicidades!!
Va a ser este 2012 un buen año!