lunes, 22 de agosto de 2011

La Khemia

En plena etapa de reconstrucción anímica es que vuelvo a leer algunas cosas, buscando la vacuna para la creatividad, enredado entre dudas e ideas, los disparadores y/o musas inspiradoras juegan a esconderse, resultan por ahora solo la transicion entre un deseo y lo concreto. Hay que buscar más.
Creo que la virtud de quien escribe tiene que ver con la capacidad de crear, teletrasnportarse a su interior  revisando herramientas capaces de generar y entonces ahí poder transmitir a través de las palabras, tarea que vengo ejercitando intermitentemente hace ya casi treinta años.
Parece ser un periodo fértil, suficiente para lograr una evolución por más mínima que sea, como si la práctica y el tiempo por sí puedan arrojar un resultado. Mantengo esta búsqueda sustentada por la lectura, por vivencias propias y ajenas. Pero nada.
Es un momento exhaustivo, con esa necesidad latente de escribir, pero qué, cómo. Indagando tras algo que ayude a descargar tanta necesidad de decir cosas.
Ansiedad, bronca e impotencia en ese orden se complementan y confunden. Busco, es mi naturaleza y en esa búsqueda constante sé que voy a transmutar.
Leo, escucho, observo, pienso y asocio. Las ideas se dispersan quedando inconclusas. Como si fueran archivos repaso todo, con el afán de por fin, encontrar.

Por Florencio Rustulleda.

No hay comentarios: